Existen diferentes tipos de aceite de oliva. Podemos encontrar diferentes categorías y nombres, pero lo más importante es saber que el aceite de oliva virgen extra es el auténtico zumo de la aceituna, sin haber pasado ningún ningún proceso artificial de refinación y sin ningún tipo de aditivo o conservante . Además, es el que presenta un grado de acidez más bajo, y por tanto, es el de más calidad.
Aceite de oliva: si el aceite no lleva ninguna mención especial significa que es una mezcla de aceite refinado y aceite virgen.
Aceite de oliva refinado: un aceite producido a partir de olivas de menor calidad o por un proceso de presión en caliente. Debe ser manipulado químicamente para ser comestible. Es más barato, no sabe tan bien y es menos nutritivo que los aceites vírgenes.
Aceite de oliva virgen: un aceite natural de buena calidad.
Aceite de oliva virgen extra: este aceite es tan natural que lo llaman «jugo de oliva». Mantiene la proporción de acidez a menos de un 0,8%, lo que le permite conservar todas sus cualidades nutricionales además de tener muy buen sabor.
LA COLLITA
es un aceite de oliva virgen extra es 100% natural y es a la vez un superalimento, porque cuenta con un alto valor nutricional, es decir, una gran concentración de antioxidantes, vitaminas y grasas saludables.
Tiene una acides de menos de 0,2%, lo que le permite conservar todas sus cualidades nutricionales además de tener muy buen sabor y un olor espectacular.
Recogida de forma manual de oliveros centenarios y entregado al molino en el menor tiempo posible.
A la vez, hay que destacar también los beneficios que aporta a nuestro cuerpo, concretamente al sistema digestivo y cardiovascular. Es un elemento imprescindible de la dieta mediterránea y es rico en vitaminas A, D, E y K.
